El ex jugador del Tenerife fue ovacionado por el público en el partido de la huelga del Frente Blanquiazul Se volvieron a escuchar gritos en contra de Santiago Llorente y los futbolistas
El Tenerife-Numancia tuvo interés por lo que pasó en el terreno de juego pero también por el factor ambiental. Días antes del partido había empezado a generar expectación el comunicado de la peña Frente Blanquiazul en el que dio a conocer su intención de no ocupar su lugar en la parte baja de la grada Popular ni animar al equipo durante la primera parte. Y así fue. En una imagen inusual en el Heliodoro, que una vez más registró una entrada de público de Primera División (más de 16.000 espectadores), la parte central del fondo opuesto a Herradura apareció con las butacas sin cubrir -sólo se leía una pancarta en la que se invitaba a los futbolistas a ganarse su aliento- y se mantuvo así hasta que arrancó la segunda mitad. En ese momento, como si nada hubiera pasado, los integrantes del FB se arrancaron con sus cánticos.
La huelga del grupo de animación más numeroso del Tenerife se vio compensada con el empuje de otras peñas, que, en algunos casos, optaron por desplegar letreros con mensajes de diferente contenido. "Hemos perdido batallas, pero no la guerra", fue el lema que transmitió otro grupo desde la grada.
El desarrollo del partido provocó que el ambiente enrarecido con el que nació el partido no se normalizara. Es más, poco antes de que el Tenerife consiguiera el empate un amplio sector del público manifestó su disgusto dirigiéndose al creador de la plantilla, Santiago Llorente, con gritos de "¡dimisión, dimisión!". No ocurría algo así desde que el Celta venció en el Heliodoro el pasado 18 de septiembre, resultado que provocó el despido de Gonzalo Arconada.
En plena fase de crispación, los futbolistas también se llevaron su dosis de crítica: "¡Qué poco orgullo!", corearon los del Frente.
Curiosamente, la mayor ovación de la tarde, aparte de la que surgió tras el gol del Tenerife, tuvo a José Antonio Culebras como destinatario. En el minuto 62, el entrenador del Numancia, Juan Carlos Unzué, le ordenó al central manchego que empezara a calentar. El que fuera futbolista del Tenerife desde la temporada 2006/07 hasta la 2009/10 se marchó al fondo de Herradura para ejercitarse entre aplausos, premio que también recibió instantes más tarde, cuando regresó al banquillo para sentarse de nuevo, después de que Unzué optara por elegir a otro compañero para realizar la tercera sustitución.
"Cule" no pudo despedirse de la que fue su afición participando en el partido, pero no se marchó sin antes tener uno de esos gestos que le hicieron ganarse el cariño y el respeto del tinerfeñismo. Con los jugadores del Numancia y el Tenerife retirándose a la zona de vestuarios, el defensa se dirigió a la grada de Popular para saludar a los aficionados y regalar su camiseta. De camino a la salida del campo, Culebras miró al resto de sectores del estadio, expresando sus sentimientos hacia el Tenerife y simulando que abrazaba al público. "Me fui con mucha pena de este club y quería darle las gracias a la gente de alguna manera", confesó el futbolista, quien llegó a sentirse "raro" regresando al Heliodoro Rodríguez López con un uniforme que no era blanco y azul.
Fuente: www.eldia.es
lunes, 18 de octubre de 2010
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