El central manchego dejó huella en el Tenerife por su carisma y su empatía con la grada
MANOJ DASWANI
SANTA CRUZ DE TENERIFE El día que Santiago Llorente le citó en su despacho del callejón del Combate, Culebras ni podía imaginar que iban a comunicarle que el Tenerife dejaba de contar con él. Convencido estaba el de Puertollano que la reunión era para ofertarle la renovación, para empezar a hablar de cifras y plantearle un futuro donde, otra vez él, sería protagonista. Así que fue mayúscula la sorpresa y también la decepción. La conversación con Llorente le dejó helado, igual que debió de quedarse la afición cuando supo de la noticia a través de un conciso comunicado: "El club le agradece su profesionalidad al tiempo que les desea los mejores éxitos personales y profesionales en el futuro".
Apenas tuvo Culebras el tiempo suficiente para digerir la decisión del club, aceptarla y dirigirse a la afición. "Me hubiera gustado despedirme sobre el césped", afirma el manchego, que no tuvo ocasión de decir adiós a la afición, su afición, en el verde del estadio. Tal oportunidad se la puede devolver el destino este mismo domingo. Dependerá del que ahora es su entrenador (otro ex blanquiazul, Juan Carlos Unzué) que pueda Cule tener la ocasión de volver a jugar en el Rodríguez López, un estadio que ha marcado su carrera. "No me olvido ni de Tenerife ni del Tenerife", ha dicho el central en los días previos a su venida.
Buenos momentos
Un gol en un derbi ante Las Palmas, una celebración colosal el día que Iriome tumbó a los amarillos, el ascenso a Primera, tantos partidos grandes en el Heliodoro a la vera de Pablo Sicilia, la celebración apoteósica en la plaza de España, las palabras de Cendrós... "El estudioso del fútbol, el que siempre te motiva... ¡José Antonio Culebras!". Un icono para la feligresía blanquiazul, un apoyo para los canteranos y, ante todo, un caballero del fútbol, el 24 del Tenerife durante las últimas temporadas es uno de los futbolistas que ha dejado más honda huella a su paso por la Isla.
Aliciente de marca mayor para el partido ante el Numancia de este domingo, el retorno del espigado defensa rojillo será una ocasión inmejorable para que pueda reproducir Culebras todas esos sentimientos y sensaciones imborrables que le dejaron sus años mágicos en el representativo. "Posiblemente haya sido una de las etapas que más me marcó", dice el jugador, que sugiere que algún día, tal vez, vuelva al Tenerife. Por lo pronto, lo hace en cuatro días. Como rival.
Fuente: www.laopinion.es
miércoles, 13 de octubre de 2010
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